Olympus E-M1, tan réflex como la que más

Author: 2 comentarios Share:
Olympus E-M1
Por Juan Luis Polo

Adorando al dios Sol. Madrid- Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

No. El formato micro 4/3 ya no es el patito feo. Por más que los defensores a ultranza de la religión “réflex” se empeñen en afear sus propiedades, versión tras versión no hace otra cosa que mejorar y demostrar que ha venido para quedarse.

Y la nueva Olympus E-M1 no es una excepción, más bien es una constatación de que menos peso y más cámara facilitan hacer fotos. Que apostar por una herramienta ligera y potente hace más factible que la cámara nos acompañe a todas partes.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Mis buenos amigos de Casanova Foto me han dejado una E-M1 para poder probarla y compartir mis sensaciones con vosotros. Traducidas a imágenes y texto que os descubrirán una cámara que no esperáis. O sí.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Calidad de construcción y disposición de los mandos.

Es muy sólida en la mano, transmitiendo una sensación de cámara más grande y pesada. Pero en realidad no lo es. No llega a 500 gr. y con el objetivo 12-40 f2,8, apenas 800 gr. Sin embargo la sensación es la de una cámara muy sólida. Claro está que el fabricante busca que esa sea la sensación, teniendo en cuenta el precio que pide por ella.

Criticaba en mi revisión de la Olympus E-M5 que los botones eran justos de tamaño y eso hacía que costase “tocarlos” con seguridad. En el caso de la E-M1 es claramente uno de los elementos que se han solucionado. Todo está bien dimensionado y fácil de alcanzar. Si acaso, para mí, el botón de grabación de vídeo está demasiado enrasado en el cuerpo como para que se pueda acceder fácilmente a él. Pero claro, tal vez el vídeo no le interesa a tanta gente…

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

La disposición del interruptor principal ha cambiado y no sé si para mejor o para peor: antes había que hacer contorsionismo con el pulgar derecho para alcanzarlo, ahora se necesitan dos manos.

Lo que sigue siendo una ventaja poco discutible es la posibilidad de parametrizar cada botón. Al punto que hay que estudiar con detenimiento todas las posibilidades.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Visor y pantalla.

Lo bueno que ya tenía la E-M5, muy mejorado. La calidad de la pantalla posterior y ahora también del visor, es muy buena. Un visor electrónico es, con diferencia, la mayor innovación en una cámara frente al pentaprisma de una réflex: permite ver la imagen lo más parecido posible a lo que se va a obtener. Y no sólo eso, arroja toda la información que queramos tener. Un visor de una reflex, no.

Personalmente para mí, el visor digital (EVF) comienza a ser lo que más valoro en una cámara: para que el visor de una DSLR tenga el mismo nivel de ampliación que tiene esta EM-1, necesita un buen montón de cristal en el pentaprisma y casi siempre el formato FX. Eso significa mucho más peso.

Y por cierto, la pantalla es táctil como ya le ocurriera a la E-M5. Permite enfocar, disparar, revisar las fotos y ampliarlas tocando con nuestro dedo, lo que tras años de uso de smartphones, lo hace más intuitivo.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Sistema de enfoque. El enfoque ha mejorado con respecto al de la E-M5, sobre todo a la hora de enfocar de manera continua. Y eso ha sido posible mezclando detección de fase y contraste, para intentar aunar las ventajas de los dos mundos. Sin embargo, sigue llevando la delantera una réflex en el enfoque continuo, en mi opinión.

Lo que sí ha mejorado de manera importante es el enfoque manual: mediante el “focus peaking”, esto es, marcar la zona enfocada mediante un resalte en blanco o en negro, cuando hemos conseguido el enfoque. Tenemos acceso a un sistema que nos facilita y mucho la vida cuando decidimos enfocar a mano. Sobre todo a la hora de grabar vídeo y hacer cambios de enfoque en el plano.

Bien es cierto que también se puede activar la opción de que se amplíe la zona que queremos enfocar, pero, sinceramente, al hacerlo nos saca del contexto y es fácil perderse en qué queríamos enfocar.

Moderno y no tan moderno. Madrid- Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Calidad de imagen.

Sencillamente magnífica. En mi opinión esta cámara fabrica ya en origen uno de los mejores .JPG que se pueden obtener. Y el formato RAW continua teniendo una buena latitud de trabajo. Así que pocas excusas desde el punto de vista de la calidad que se puede obtener.

En mi caso aborrezco, por lo mucho que me aburre, pasarme horas muertas procesando fotos. Soy de los que quiero la foto “hecha” cuando la tomo. Después, el trabajo que le dedico es exclusivamente de recorte de blancos y negros (curvas) y archivo de imágenes.

Eso hace que esta cámara sea una de mis preferidas, desde el punto de vista de hacer la foto y poder disfrutar de ella sin más. Y lo mejor es que si lo que te gusta es pasar horas en la pantalla de tu ordenador jugando con las fotos, con los RAW podrás sacarle mucho partido.

Respecto al obligado comentario sobre si la cámara ha mejorado el ruido a ISO altos, la respuesta es sí. ¿Cuanto? en mi opinión, cerca de un paso respecto a la EM-5, lo que no está nada mal.

¿Y comparado con una Nikon D5300 que también manejo? Diría que sigue teniendo ventaja la Nikon, pero ya no es tan abrumadora. Además la técnica de disparo influye en el grano que obtenemos. En las manos adecuadas, cualquiera de las dos cámaras brilla a muy alto nivel.

Canal y sus teatros. Madrid- Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Vídeo.

No hay casi ninguna novedad en este terrero, comparada con la E-M5. Tal vez algo más de calidad en el resultado final, pero se mantienen las mismas escasas opciones de parametrización: no se puede elegir 24/25/50 fps, únicamente está disponible 30 fps.

Y eso significa que en el mundo PAL (Europa y otras regiones), donde para evitar el efecto de “flickering” hay que usar 25/50 fps, la E-M1 juega con desventaja.

Donde también continua limitada es en el control manual del vídeo. No podremos cambiar aspectos tales como la apertura o el ISO una vez que hemos empezado a grabar, sí antes. En este punto, salvo réflex de alta gama (y altísimo precio) y la gama de Sony en su mayoría, la mayor parte de cámaras vienen con esa limitación. De lo que podemos deducir que el fabricante “obliga” a gastar más dinero para obtener más control (más = más, un clásico)

Ahora bien, con un poco de práctica, se pueden obtener vídeos que dejarán asombrados a más de uno.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Objetivo 12-40 f 2,8.

Precio y peso juntos para ofrecer un objetivo entre los mejores, por luminosidad y calidad óptica.

Pero si yo comprase esta cámara lo haría con el 12-50, objetivo que he usado y que me ha gustado mucho, a pesar de que puede tener menos calidad y ser más oscuro. Pero hay un ahorro de dinero y de peso en la decisión. Y un muy útil modo macro… Sin embargo el f2,8 gana a la hora de hacer zoom en vídeo, sin saltos en la exposición, al ser apertura fija durante todo el rango de focales.

Lo que está magistralmente resuelto en este objetivo es el enfoque manual: basta tirar del aro de enfoque para que aparezca el rango de distancias y podamos enfocar a nuestro aire.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Usabilidad.

Parece una réflex a la hora del manejo. Y es con diferencia la mayor ventaja sobre la E-M5… y sobre una DSLR.

Sin la empuñadura opcional (ahora ya no viene en el kit), la cámara está lista para ser utilizada sin que echemos en falta agarre. En la E-M5 yo tenía que llevar la empuñadura opcional siempre para poder sentirme cómodo con la cámara. El extra de volumen, replicando el botón disparador y la rueda de control, se me hacía imprescindible. Y el inconveniente era que había que desmontar la empuñadura para poder cambiar la pila.

Ahora la E-M1 es más “réflex” que nunca en la mano. Pero sin el volumen y peso que una DSLR tendría adicionalmente. O dicho de otra manera, es casi como manejar un tipo de cámara a la que muchos aficionados a la fotografía estamos acostumbrados, pero con todas las ventajas de un EVF en cuanto a visor y ligereza.

Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

WIFI.

El lado social de nuestras fotos sin tener que hacerlas con el smartphone.

Parecía un gadget y no lo es. Sencillo de poner en marcha, sencillo de traspasar fotos de la cámara al móvil. Y de ahí a la búsqueda del “wow” social.

La cámara aparece como un punto wifi en los settings de tu móvil, lo eliges, se conecta y después abres la aplicación que previamente se descarga para IOS o Android. En ella aparecen las fotos, se eligen y unos segundos después están en tu móvil.

Además puedes controlar el disparo desde el móvil, para cuando dejas la cámara en un trípode o similar.

Sencillo y eficaz.

Lo que queda del día. Madrid- Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Por último,

Lo que me gusta:

Peso. La falta del mismo. Imprescindible para que no se quede en casa.
Botones de verdad. Comparados con los de la E-M5, noche y día.
Pantalla abatible. Soy fan de las pantallas que se abaten en vertical, no en horizontal.
Visor integrado. Con una gran resolución y calidad general.
Calidad de imagen. Colores de verdad, sin esfuerzo.
Autofoco. Visto y no visto.
Un botón para cada cosa. Más velocidad en los ajustes.

Lo que no me emociona:

Empuñadura adicional. Ya no es parte del kit.
Menús. Complejos como ya lo eran y lo peor, que si sales en una de las funciones, cuando vuelves tienes que navegar desde el principio. Una pereza.
Vídeo. Escasa parametrización, menos espacio para la creatividad. Un paso por detrás de sus competidores.

Inspiración egipcia. Madrid- Olympus E-M1 – © Juan Luis Polo Hernanz 2014

Cuando compré la E-M5, costaba 1.200€. Comprar la EM-1 con el 12-40 f2.8 cuesta 2.200€. Un buen montón de dinero, se mire como se mire.

Salvo que lo miremos como lo que es: el buque insignia de Olympus en el segmento de micro 4/3. Es lo mejor que la marca puede ofrecer y ofrece una espectacular cantidad de funciones, posibilidades y sobre todo imágenes de primera división. Junto con una amplia oferta de objetivos de alta calidad.

El “pero” más concreto en mi opinión es el mismo al que me enfrenté ya hace unos meses: apostar por el sistema a futuro como mi principal caballo de batalla fotográfico. Eso significa ampliar la colección de objetivos, de accesorios y demás temas que hacen más fácil nuestra fotografía.

Y en ese territorio, Olympus como el resto de fabricantes insurgentes, choca contra una realidad hoy por hoy incuestionable: Nikon y Canon dominan. Eso hace que sea más difícil revender equipo en el mercado de ocasión de Olympus o encontrar oportunidades para adquirirlo. El cálculo de probabilidades de encontrar lo que buscamos a buen precio, fuera de las dos marcas dominantes, se reduce de manera drástica al menos en España.

Un precio difícil de justificar. Una cámara muy fácil de defender… y de disfrutar.

Paradoja en tiempos fotográficos muy revueltos ;-)

 

Este post ha sido publicado originalmente en Enfocando.

 

Previous Article

Sigma 50mm f/1.4 DG HSM Art, una óptica de altos vuelos

Next Article

Análisis del Sigma 18-200/3.5-5.6 DC Macro OS HSM Contemporary

Puede que te interese

2 comentarios

  1. Concuerdo totalmente en lo del visor. Además, la pantalla táctil es un punto muy a favor, y por supuesto a la utilidad de poder utilizar el móvil como mando, aunque esto nos haga ser cada día un poco más dependiente del smartphone.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *