Sony A7R: la potencia fotográfica del presente

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Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Betacam, Walkman, Trinitron, Vaio, BlueRay, Playstation… la lista quita el hipo. Sony ha creado verdaderos hitos tecnológicos en su larga historia, pero ha tenido que rendir sus naves ante la llegada de otros competidores en muchos de los terrenos, en los que se había erigido como referente de innovación.

Tal vez por el aprendizaje de que ser el primero es importante, pero es mejor ser el que “hace caja”, la jugada puesta en marcha por la marca en el sector de la fotografía tiene todos los componentes de haberse urdido al revés: ver que hacen otros y proponer cosas “diferentes”.

NEX, RX 100, RX 10 y ahora la serie A7 están removiendo a conciencia los cimientos del sector de la fotografía, dominado por Canon y Nikon. En tan sólo 4 años Sony ha plantado cara en el sector de las compactas, de las bridge, de las reflex y de las mirrorless, presentando modelos que no dejan indiferente. Y si una cámara ha levantado interés, esta ha sido la A7 en sus diferentes sabores (A7, A7R, A7S).

Gracias a mis infatigables amigos de Casanova Foto, que me han proporcionado una Sony A7R de 36 MP y formato completo (mismo sensor que la Nikon D800 que he tenido durante un año y medio), junto a un 24-70 F4 de Zeiss, he podido descubrir por mi mismo a qué sabe.

Y me ha sorprendido su sabor. Mucho.

Un rápido recorrido por los temas técnicos:

Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Calidad de construcción y disposición de los mandos. Sólida, pequeña, pero fácil de agarrar. Nada desentona y la calidad e construcción apunta al precio que piden por ella, que no es bajo precisamente.

Cinco botones configurables además de un buen número de diales y opciones de control. No hay prácticamente nada que no puedas asignar a un determinado botón. Bueno, sí: el de grabación de vídeo, pésimamente colocado y que vendría bien poder asignarlo a otro.

Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Mención especial a dos opciones que me apasionan:

– el hecho de tener una rueda específica para la compensación de exposición. Algo que cualquier fotógrafo de la vieja escuela, el que toma la última decisión en la exposición, sabrá apreciar.

– Un AF-ON asignable, que permite eliminar el enfoque del botón disparador. En mi caso imprescindible.

Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Si no has tenido en tus manos una de las últimas Sony y vienes de una reflex tipo Canon o Nikon,tendrás por delante un buen rato para configurarla a tu gusto hasta conseguirlo. Si vienes de algo así como una compacta, mejor pide ayuda para aprender a configurarla porque las opciones son interminables.

Visor y pantalla. Para mí es junto con la portabilidad, lo mejor de la cámara. El visor electrónico es muy, muy bueno y grande, comparando el tamaño por ejemplo con la Nikon D800. Es como mirar por una gran ventana y además la clave de la falta de peso y compacidad, porque no hay pentaprisma de cristal.

Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Un visor electrónico es con diferencia la mayor innovación en una cámara frente al pentaprisma de una reflex: permite ver la imagen lo más parecido a lo que se va a obtener. Y no sólo eso, arroja toda la información que queramos tener superpuesta. Un visor óptico de una reflex de toda la vida, no.

La pantalla trasera está a la misma altura de calidad, pero NO es táctil como sí lo son la de la Olympus que permiten enfocar, disparar, revisar las fotos y ampliarlas tocando con nuestro dedo, lo que tras años de uso de smartphones, lo hace todo más intuitivo.

Ella es la estrella. Madrid. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Ella es la estrella. Madrid. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Sistema de enfoque. Es claramente una cámara para no llevar prisa enfocando. Se le resisten con más frecuencia los objetos en movimiento, para eso la ideal es la Sony 7, a secas. Pero a cambio es una cámara con dos buenas ayudas al enfoque manual: el peaking y la ampliación de la zona de enfoque. Gracias a ellas permiten usarlo sin titubeos.

Calidad de imagen. Mejor el RAW que el JPG de la cámara. Sony no muestra su mejor cara cuando de jpg se habla, al contrario que Olympus que son sencillamente magníficos. Sin embargo los RAW dan mucho juego. Eso sí, toca ajustar la foto después en el programa correspondiente… algo que empieza a parecer cosa del pasado, salvo que seas un profesional viviendo de esto. O que te produzca placer pasar el tiempo encerrado entre cuatro paredes, mirando la pantalla del ordenador.

Luces y sombras de las bicis en Madrid. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Luces y sombras de las bicis en Madrid. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

ISO y otros menesteres. La calidad que yo he percibido es claramente muy similar a la que tenía con mi D800. Lo cual te deja trabajar hasta los 6400 con poco ruido y de ahí en adelante algo más notable.

Vídeo. Permite trabajar con AVCHD o MPEG, este “capado” en cuanto a resolución final. A mi el AVCHD parece perfecto para el vídeo que hago, a pesar de que otros en la red dicen ésto o aquello. En todo caso nos da la posibilidad de elegir 1080p a 24/25/50 fps y recursos profesionales: cebra, enfoque manual, ajuste manual en cualquier momento, salida HDMI… lo suficiente para hacer vídeo “de verdad”.

Y esto me gusta especialmente de cualquier SONY actual: tienes control manual del vídeo una vez que estás grabando, independientemente del precio que pagas por ella.

Prueba a comprar una Nikon para entender a que me refiero ;)

Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Objetivo Zeiss 24-70 F4 FE. Bueno, bonito y nada barato. En realidad el punto débil de la familia Sony A7 son los objetivos. Hay pocos, con distancias focales limitadas, son más bien caros y sobre todo, en mi humilde opinión, no lo suficientemente versátiles en su uso como objetivos de vídeo.

Este modelo tiene 5 lentes asféricas y un elemento de baja dispersión. Es resistente al agua y el polvo, su peso es de unos 425g y su distancia mínima de enfoque 40 centímetros.

En pareja. Madrid. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
En pareja. Madrid. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

Usabilidad. La misma potencia de la mejor DSLR, pero con la mitad de peso y tamaño – 400g para la cámara y 425g para el objetivo-. Y encima cómoda en la mano, por lo menos con el 24-70 con el que yo la he probado. Es casi como usar una Olympus EM-5 o 1, pero sin el sensor de m4/3. ¿Cómo lo habrá hecho Sony para meter en un cuerpo tan “diminuto” un sensor FF?

Por supuesto también tiene WIFI para que el lado social de nuestras fotos de cámara no se resienta por no estar hechas con el smartphone.

Resumiendo:

Lo que me gusta, mucho:

  • Peso. Parece mentira lo poco que puede llegar a pesar un cámara tan potente. Un placer cargar con ella
  • Botones para aburrir. Y tan parametrizables…
  • Pantalla abatible. Soy fan de las pantallas que se abaten en vertical, no en horizontal, porque permiten mantener el eje óptico.
  • EVF que enamora. Con una gran resolución, ampliación y calidad general.
  • Calidad de imagen. 36 MP para disfrutar haciendo fotos grandes
  • Una rueda de control para cada cosa. Más velocidad en los ajustes.
  • Vídeo. Se controla manualmente todo, en plena grabación. ¿Nikon?

Lo que no me emociona:

  • El botón de grabación de vídeo. Pero cómo han podido ponerlo ahí estos japos…
  • Objetivos. Hoy por hoy, son pocos y caros. Y los adaptadores un remedio mejorable y de nuevo caros.
  • Menús. Complejos y cuesta hacerse a ellos.
  • Perezosa. En salir del reposo.
  • O vídeos o fotos. No deja disparar fotos cuando estamos en el modo vídeo de la rueda selectora
  • Ruidosa. El disparo se oye, demasiado

.

Sensor completo, desenfoque máximo. Tamajón. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014
Sensor completo, desenfoque máximo. Tamajón. Sony A7R – ©Juan Luis Polo Hernanz 2014

En resumen.

Una cámara así sale con toda seguridad de paseo con más frecuencia, debido a un peso menor y sin embargo una versatilidad muy alta. Eso sí, sigue siendo un juguete que precisa de objetivos intercambiables para hacerla brillar. Eso significa acumular más peso que, digamos con una “bridge”

Para un profesional no deja de ser un experimento, que como todo el mundo sabe, es mejor hacer con gaseosa. Apostar por un nuevo sistema es territorio de aventureros, pero la recompensa es importante por la buena calidad que la cámara arroja gracias a su sensor y electrónica general. No olvidemos que SONY fabrica los sensores que monta Nikon.

Ninguna de las cámaras de la familia A7 baja de 1.500 € (IVA incl.) a precio de catálogo, eso sin objetivo. O dicho de otra manera, estamos ante una cámara de sistema, aquella que nos obligará a comprar varias cosas (objetivos, flashes, etc) para hacerla brillar.

Y aquí viene el clásico dilema: ¿la innovación que nos propone Sony o la seguridad, aburrida por conocida, pero fiable de los otros fabricantes?

Sony como el resto de fabricantes insurgentes, choca contra una realidad hoy por hoy incuestionable: Nikon y Canon dominan en el mercado español. Eso hace que sea más difícil revender equipo en el mercado de ocasión o encontrar oportunidades para adquirirlo.

Y pasa con mucha frecuencia que uno ve a aficionados que han hecho el esfuerzo de comprar algo de otras marcas, que después puede que no cumpla su expectativa y llegado el momento es complejo revender el equipo…

En definitiva el precio a pagar por casarse con un sistema.

Pero visto lo mucho que la “novia” aporta, es un matrimonio que yo saldría a contraer ;)

Este post ha sido publicado originalmente en Enfocando.

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3 comentarios

  1. Sincero, honesto…. Brillante sinopsis sobre la realidad que afecta al mejor cuerpo mirrorless del mercado, anclado a una marca y sistema incierto.

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