Ayer pude asistir a la inauguración del World Press Photo en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.
La muestra podrá verse hasta el 8 de diciembre y vale la pena.
Este año la inauguración se celebró en el teatro del CCCB, a diferencia de otros años, y había un lleno total.
La inauguración estuvo dirigida por Silvia Omedes, cabeza visible de Photographic Social Vision, fundación que desde hace diez años nos acerca esta muestra a Barcelona.
Los discursos fueron interesantes, me pareció especialmente emotivo el de Erik de Kruijf, representante de World Press Photo, quien además hizo su discurso en un español, por cierto, bastante más fluido que el de algunos entrenadores también holandeses.
Después tuvimos la suerte de poder escuchar a cuatro de los premiados. La primera fue Abbie Trayler-Smith, segundo premio en fotografías individuales, retratos, con un trabajo sobre la obesidad infantil en Gran Bretaña.
También estuvieron Pau Barrena, joven y novel fotógrafo de Barcelona que se ha alzado con el tercer premio en la categoría de retratos, quien comentó de forma muy humilde su asombro cuando le concedieron el premio, pues solo lleva dos años dedicándose profesionalmente al oficio.
Y concluyeron con la proyección de Calcio Storico, el trabajo multimedia que se ha llevado el tercer premio en su categoría, grabado por el inagotable David Airob, David Ramos y José Bautista, tras la cual David Airob y José Bautista respondieron a unas preguntas de Silvia Omedes.
Y llegó el esperado momento de ver la exposición. El formato es distinto este año, habiendo cuatro espacios dedicados a proyecciones en las que podemos ver desde entrevistas a los fotógrafos, a los miembros del jurado o los trabajos multimedia premiados. El CCCB ha cedido más espacio este año para poder encajar este cambio.
También se dispone de un servicio de guía al que se accede a través del teléfono móvil, que nos amplía la información y la historia que hay detrás de cada imagen.
En cuanto a la muestra, he notado este año que había una mayor diversidad de temas que en otras ediciones y una sensibilidad distinta a la hora de seleccionar los trabajos. Quiero decir que no destacan especialmente las fotos bélicas y, de entre estas, tampoco hay un exceso de fotos excesivamente explícitas, al menos formalmente.
Hay que decir que no es una exposición fácil de ver, detrás de cada imagen hay durísimas y complejas historias que te tocan en lo más hondo, guerras, tragedias naturales, colectivos sociales abandonados, violencia de género… Aunque también increíbles historias de superación, tres trabajos que hablan de la vida alejada de las urbes, uno sobre culturistas egipcios, sobre una reserva Sioux… en fin, demasiado para explicarlo, mejor id a verla.
Me impresionó mucho la foto de Taslima Akhter, de Bangladesh, sobre la tragedia del Rana Plaza y la historia, que por cierto desconocía de la heptatleta Nadja Casadei, contada por Peter Holgersson.
En cuanto al espacio, me ha pasado muchos años y este también, veo muy mejorable la iluminación de las obras, esa durísima luz frontal “mata” los negros de las imágenes y te obliga a ver las fotos en una posición no frontal para evitar los molestos brillos que produce. Pero vaya, nadie es perfecto o nunca llueve a gusto de todos…
Como colofón a la inauguración se sirvió un vino blanco fresquito en el hall del museo, creando el ambiente adecuado para intercambiar impresiones y, por qué no, echar unas risas.
Lo dicho, no os la perdáis, es un lujazo tener la muestra por aquí y es una pena no aprovecharlo.
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