Probamos la última novedad de Canon en su gama réflex para el aficionado avanzado, la Canon EOS 77D , y lo hacemos junto al objetivo de kit Canon EF-S 18-135 f/3.5-5.6 IS Nano USM, presentado este mismo año junto a su hermana mayor, la Canon EOS 80D .
Primera pregunta, ¿Dónde la ubicamos?
La denominación empleada por Canon para esta cámara puede llevar a engaño a los usuarios ante la saturación de modelos y gamas dentro del mundo réflex, muchos no sabrán dónde ubicar este modelo dentro de la oferta del fabricante.
Siguiendo la estela marcada por los dos modelos anteriores de esta misma gama (las EOS 750D/760D), Canon estrenó el 2017 con la presentación de los dos modelos sucesores, la 800D y la 77D. Con la misma base que las dos anteriores, la 77D sería un eslabón intermedio entre la gama de tres cifras para el aficionado avanzado y la gama de dos cifras para el usuario semiprofesional (al igual que lo fue la 760D), y quedaría un peldaño por debajo de la 80D.
Diseño y construcción
La 77D incorpora la pantalla LCD superior para informar de los parámetros con los que se está trabajando, la rueda trasera de control del diafragma y el bloqueo de la botonera, aspectos que la diferencian de la 800D y la hacen ganar en practicidad a la hora de trabajar con ella.
En cuanto al diseño, nada nuevo en este sentido y es que,» si una cosa funciona, para qué cambiarla», pensará el fabricante nipón.
A destacar la incorporación del sensor en el ocular, ya incorporado en la 760D y que resulta muy útil a la hora de trabajar, apagando la pantalla cuando acercamos el ojo al visor. Otro aspecto a destacar es la ligereza del conjunto para una réflex con pantalla superior, superando el peso de la 800D por tan solo 8 gramos, seguramente por el empleo de materiales plásticos en su construcción, que nos llevan a subestimar la rigidez del conjunto.
Prueba de campo
Dos fines de semana con ella bastan para determinar que se trata de un modelo continuista, sí, pero con grandes bazas a su favor.
La calidad de imagen es una de ellas. El sensor APS-C de 24 megapíxeles responde en gran variedad de situaciones, ya sea ofreciendo una buena reproducción de color en situaciones buenas de iluminación, u obteniendo un bajo nivel de ruido en situaciones críticas. En este mismo ámbito, el sensor cuenta con un buen rango dinámico y permite una buena recuperación de luces y sombras en la post producción.
La rapidez de enfoque es otra, y es que la tecnología Dual Pixel Autofocus funciona muy bien, tanto en foto como en vídeo. El enfoque es rápido y preciso, incluso trabajando desde la pantalla LCD, lo cual permite usar este recurso en tomas desde ángulos bajos o altos sin preocuparse por el enfoque, uno de los principales inconvenientes en el modo Live View de las réflex.
Otra de las funcionalidades que nos parecen destacables es la ráfaga. El procesador Digic 7 permite el disparo de hasta 6 fotos por segundo, lo que hace posible capturar escenas de acción sin perder el momento clave.
En el apartado de vídeo, volvemos a destacar el funcionamiento del enfoque automático que, junto a la pantalla táctil, es ideal para realizar seguimientos del sujeto y cambiar el punto de enfoque de forma suave y precisa. Destacable también la incorporación del estabilizador digital de 5 ejes, que compensa las vibraciones de forma similar a cómo lo haríamos en post producción. Hay que tener en cuenta, eso sí, que se aplica un recorte adicional en la imagen, con lo que perdemos ángulo de visión en el encuadre.
Con todo, la EOS 77D es una cámara muy versátil también para grabar vídeo e incluso hacer suaves tomas en cámara lenta en resolución Full HD a 60 fps.
Por último, como toda buena réflex actual, una de las prestaciones que nos ha gustado más es la conectividad. Bluetooth y Wi-Fi se combinan para poder compartir las imágenes con dispositivos móviles y poder controlar la cámara remotamente, incluso con visión en directo a través del dispositivo. La aplicación Canon Camera Connect incorpora un pequeño tutorial muy útil a la hora de realizar la primera conexión con la cámara y a partir de aquí la transmisión de archivos es rápida y fluida.
Conclusiones
La Canon EOS 77D es una réflex ligera y de contenidas dimensiones, fiable tanto en enfoque como en calidad de imagen, con buena conectividad como cabe esperar en una cámara actual y que, junto al 18-135, se convierte en un conjunto todoterreno muy versátil, capaz de ofrecer buenas prestaciones en gran variedad de situaciones.
Desde angular hasta teleobjetivo.
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